El pasado 8 de julio de 2002 el Gobierno de España publicó en el BOE la reforma del impuesto a los gases fluorados de efecto invernadero que entrará en vigor el 1 de septiembre de 2022.

El impuesto de gases fluorados de efecto invernadero penalizará económicamente la fabricación y la importación de equipos precargados con refrigerante, los más habituales en pequeñas potencias, así como la primera carga de refrigerantes en los equipos nuevos que vengan sin refrigerante. Estas dos opciones anteriores no estaban gravadas. Todo lo anterior supondrá un incremento de los precios de los equipos; según estimaciones de los interesados podría rondar en un aumento de precio de entre el 5% y el 20%, dependiendo de la potencia del equipo y/o del rango de precios ya que, curiosamente, la mayor subida se va a producir en los equipos más baratos.

Los cambios principales son los siguientes:

  • Se paga por la mera tenencia de los refrigerantes, no por su consumo.
  • En las importaciones se adelanta el pago a la entrada de refrigerante, antes solo se abonaba cuando se introducía en un equipo para la reparación de las fugas.
  • Desaparece el revendedor de GGFF que no pagaban el impuesto (como por ejemplo los instaladores que lo comparaban a un almacén y lo vendían a un cliente). Ahora solo quedarán los almacenistas y/o distribuidores.
  • Los instaladores deberán pagar siempre el impuesto, anteriormente el que disponía de CAF no lo pagaba.
  • Las escuelas de formación tendrán que abonar también el impuesto de los GGFF, anteriormente estaban exentas.
  • Se mantiene, eso sí, el tipo de gravamen de 15 euros por TONeq de CO2, quedando únicamente exentos los gases de menos de 150 de Poder de Calentamiento Atmosférico (PCA).

Todo lo anterior va a producir un aumento de los precios en general, equipos e instalaciones más caras, con todo lo que conlleva.

No solo afectará a los equipos de A/A. No olvidemos a la refrigeración en hostelería, bares, restauración, transporte refrigerado y… como no los vehículos.

Lógicamente la mayoría de las asociaciones del sector están en contra de esta modificación fiscal que solo consigue penalizar, una vez más, el sector de la climatización y de la refrigeración.