La respuesta es muy fácil: no es una buena idea. El ahorro en la instalación será importante pero no lograremos confort suficiente ni ahorro energético ¿Por qué? Vamos a intentar explicarlo:
La aerotermia tiene un rango de temperaturas máximas muy bajas, del orden de los 50/55 ºC muy lejos de los 75/80 ºC que alcanzaban los sistemas tradicionales de calefacción. Es cierto que posteriormente, con las calderas de condensación, se bajaron las temperaturas a 60/65 ºC, pero, aun así, son más altas de las habituales en aerotermia 35/40 ºC que son las temperaturas que producen mayor ahorro energético.
¿Qué va a ocurrir si dejamos los radiadores tradicionales? Que el salto térmico -al fin y al cabo, es el que nos va a determinar la potencia calorífica a emitir a la estancia- se va a desplomar y con ello la emisión térmica de cada radiador en W va a ser mucho menor. Esto es, no vamos a obtener el confort adecuado y pasaremos frío.
¿Y que ocurre si amplío los elementos de radiador? Poniendo, por ejemplo, 18 elementos donde había 10 elementos.
En este caso deberíamos estudiar los W que tendríamos que emitir y añadir los elementos necesarios. Parece buena idea, ahora sí, ¿no?
No es todo tan sencillo, si aumentamos el número de elementos de radiador vamos a necesitar más caudal, por lo que es posible que las tuberías no estén dimensionadas suficientemente, es más, forzaríamos también la bomba ya que si mantenemos la perdida de carga (mismas tuberías) y aumentamos el caudal necesitaremos mucha más potencia.
Los cambios deberían ser demasiados: aumentar radiadores, sustituir tuberías, aumentar consumo bombas, etc. Y si lo que se buscaba era ahorrar vemos que no es la mejor idea.
Esperemos que os haya quedado claro.
Deja tu comentario