En la actualidad existen una serie de refrigerantes que están “prohibidos” debido al daño que producen la capa de ozono. Existen muchas dudas acerca de lo que se debe o no se debe hacer con ellos y esperamos resolvéroslas en esta entrada.
Lo primero que debemos saber es que hay que diferenciar los refrigerantes. Están prohibidos los CFC y los HCFC. ¿Quiere esto decir que una máquina con R22 no puede funcionar? No, pero estarán restringidas las mayorías de las operaciones.
¿Qué es un refrigerante CFC y un HCFC? Los CFCsonrefrigerantes del tipo clorofluorocarbonados, es decir que tienen en su composición cloro,flúorycarbono, por otro lado, losHCFCsonrefrigerantes hidroclorofluorocarbonados y están formados por los mismos elementos que los CFC y además llevan hidrógeno.
Entre los CFC más conocidos se encuentra el R11 o el R12 y de los HCFC el más usado es el magnífico (por sus propiedades) R22. En ambos casos los refrigerantes llevan átomos de cloro que son los que dañan a la capa de ozono por lo que han sido restringidos.
Desde el 1 de enero de 2015 no se puede realizar ninguna operación con refrigerante s HCFC (desde el 2001 en los CFC) salvo su recogida y envío a un gestor autorizado evitando siempre la emisión de los mismos a la atmosfera. Las multas medioambientales por incumplir la norma son muy altas.
Pero… ¿Qué ocurre si una máquina está funcionando correctamente con R22 p.ej.? ¿Debo sustituir el refrigerante? No, puede seguir funcionando sin problema. Eso sí, a la mínima operación con el refrigerante o siempre antes de su destrucción deberá contactarse con un gestor de residuos.
Si por un casual hubiera que sustituir el refrigerante no podremos usar los gases citados, lo más recomendable es su sustitución por un refrigerante de tipo “drop in”, es decir, que es de sustitución directa y no se necesita cambiar el aceite, ya hay muchos en el mercado. Estos refrigerantes tienen prestaciones equivalentes a los CFC o HCFC que sustituyen.
Resumiendo:
– No se pueden comprar, no se pueden vender ni CFC ni HCFC.
– No se puede realzar ninguna operación de carga, ni recarga.
– Destrucción de todo el stock y de las maquinas por gestores de residuos autorizados.
– Las máquinas que lo contengan pueden seguir funcionando mientras no existan fugas ni haya que realizar ninguna operación con el refrigerante.
– ¡Ojo a las multas! Son enormes.
Por último, recordaros que para realizar cualquiera de las operaciones enumeradas anteriormente se debe disponer de la habilitación RITE o la de profesional frigorista (según las instalaciones sean para el confort térmico de las personas o para otros usos: industriales, comerciales, etc.) y del certificado de manipuladores de gases fluorados.
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