Muchas personas piensan que con marcar una temperatura fija en nuestro equipo de aire acondicionado lo tendrán todo hecho, nada más lejos de la realidad ya que la temperatura no es el único factor que afecta al confort de una estancia o ¿a nadie le ha ocurrido la desagradable experiencia de la corriente directa de aire del equipo? o ¿resfriarse debido a que dentro de la estancia hay 20 º C y en la calle 42 º C.
¿Qué podemos hacer para conseguir un buen confort?
– Lo primero que deberemos evitar son las corrientes de aire directas al lugar donde nos encontremos (todos los equipos permiten regularlo las laminillas de izquierda a derecha de forma manual) y seleccionar mediante el mando (¡ojo! nunca de forma manual porque podemos cargarnos el motor) la posición que apunta hacia arriba ya que el aire frio “caerá” por su propio peso.
– Procuraremos no seleccionar un modo con caudal de aire demasiado elevado ya que produce demasiadas corrientes de aire desagradables.
– Usar equipos de última tecnología ya que consumen muy poco y los enfriamientos de la estancia lo hacen de manera muy gradual. No usar nunca la función TURBO.
– Selecciona una temperatura adecuada (preferiblemente alta) de manera que no se pase frio, 24º C es una buena temperatura siendo 26 º C la ideal y siempre en relación con el exterior a fin de evitar el choque térmico que se puede producir al salir a la calle.
– Usa el equipo únicamente para la estancia donde se encuentre colocado. El instalador calculó el equipo para ese lugar y no vale con abrir la puerta del pasillo para que “enfríe” también la habitación de enfrente, por ejemplo, ya que para intentar hacer eso deberíamos bajar la temperatura y subir el caudal que es todo lo contrario que estamos explicando aquí,
Todos los consejos anteriores son claros y funcionan, pero… siempre el usuario es el que debe estar a gusto con lo que recomendamos ir haciendo los cambios de hábitos en los equipos de aire acondicionado de forma gradual. Tu salud y tu bolsillo lo agradecerán.
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