Cada día más implantadas en nuestras instalaciones de calefacción son un gran aliado para el confort térmico y el ahorro energético.

El caudal que llega a cada emisor (más conocido como radiador) junto con el salto térmico va a ser el principal parámetro de la energía transmitida por cada emisor. A modo de ejemplo: dos emisores iguales con el mismo salto térmico no “calentarán” lo mismo si lo que hacemos es variar el caudal de uno de ellos con respecto al otro.

Hasta ahora las variaciones de caudal se hacían de manera manual, abriendo y cerrando el usuario las llaves según necesidades. Las válvulas termostáticas permiten que cada emisor se ajuste, por si mismo, tomando las temperaturas de la estancia y abriendo o reduciendo el caudal según varíe la propia temperatura.

El RITE obliga a su colocación. En la IT 1.2.4.3.2 “Control de las condiciones termo-higrométricas” dice que: “los sistemas de calefacción por agua en viviendas se instalará una válvula termostática en cada una de las unidades terminales de los locales principales de las mismas (sala de estar, comedor, dormitorios, etc.).”

Este tipo de válvulas termostáticas, a la vez consigue un perfecto equilibrado hidráulico ya que regulará el caudal a fin de dar más a los radiadores en las zonas más frías y menos en las más calientes. Siempre, eso sí, el usuario podrá ajustar las mismas por medio de una numeración.

El correcto equilibrado es importante ya que si no se hiciera correctamente se produciría el fenómeno llamado cortocircuito hidráulico donde los radiadores más cercanos calientas más que los más lejanos a la caldera.

¿Qué ventajas dan este tipo de válvulas?

  • Gran confort debido a que las propias válvulas se ajustarán automáticamente.
  • Menor consumo de las bombas ya que el caudal disminuirá cuando no sea necesario.
  • Menor consumo de combustible del generador.

¿Y tienen alguna desventaja?

  • Son más caras que las manuales.
  • Estéticamente son mucho más aparatosas.
  • Son más sensibles a averías.

En definitiva, ya no es que el RITE nos obligue a instalarlas, sino que son altamente recomendables en el momento que tengamos que sustituir las antiguas manuales, bien sea por avería o por tiempo.

Este tipo de válvulas son preferibles a un termostato ambiente de una única zona ya que evitamos el efecto “habitaciones frías” que se produce cuando hay mucha carga térmica en el salón, por ejemplo, fiesta familiar con mucha gente, que hace que se apague la caldera. Si usamos termostáticas, las del salón se cerrarán, pero las de las habitaciones seguirán abiertas y los radiadores calentado.