Mediante el uso de combustibles (y no teniendo en cuenta la producción de ACS y/o calefacción por bomba de calor o sistemas de energía solar térmica las calderas con recuperación de calor por condensación son las que tienen un mejor rendimiento y eficiencia energética lo que hace que cada día ganen más terreno en las instalaciones individuales (las de menos de 70 kW).

Antes de decantarnos por la compra de una caldera de condensación debemos tener en cuenta varios factores. Os enumeramos los diez más importantes:

Necesitaremos un desagüe.

Las calderas de condensación producen condensados al enfriarse los productos de la combustión(PDC) que deberemos eliminar a través de un desagüe. No suele ser muy problemático, pero conviene tenerlo en cuenta.

Son más caras

El precio de una caldera de condensación es siempre mayor que una “normal”. No es una desventaja ya que su menor consumo hace que se amortice pronto, sin embargo, muchas veces soltar un desembolso mayor al principio nos puede echar para atrás.

Gastan menos combustible por lo que la factura es menos

Este tipo de calderas a gas (debido a su gran rendimiento) consumen menos combustible que las estándar. Con un uso continuado nuestras facturas lo agradecerán. Se ahorra como mínimo un 20 %.

Un rendimiento espectacular

Una caldera estándar rinde cerca del 95 % sobre su PCI (poder calorífico inferior) por lo que si comparamos con una caldera de condensación sobre el mismo PCI esta logra alcanzar valores superiores al 100 %. El por qué es debido a que aprovecha el calor que llevan los humos antes de expulsarlos al exterior.

Son muy suaves en su funcionamiento

Generan pocos ruidos de arranque (intentan funcionar de forma continua modulando el combustible) y suelen venir muy bien aisladas por lo que ganamos en confort acústico.

Trabajan muy bien en cualquier rango de demanda

Las calderas estándar funciona muy bien a tope de potencia y pierden rendimiento cuando la demanda disminuye, sin embargo las calderas de condensación trabajan fenomenal en todo el rango de demanda puesto que no necesitan mantener alta la temperatura de salida de humos.

Contaminan menos el aire.

Los humos son menos contaminantes ya que se expulsan a una temperatura inferior y además cumplen con los exigentes requisitos de contaminación europeos en cuanto a NOx.

Muy avanzadas

Han sido los últimos tipos de caldera en llegar al mercado por lo que cuentan con los últimos avances electrónicos y de funcionamiento.

Vapor de agua por la salida de humos

Mucha gente se queja de que su caldera de condensación echa humo blanco. No es humo, es vapor de agua. Eso sí, para algunos vecinos puede resultar molesto.

Están asentadas en el mercado

Las calderas de condensación llegaron para quedarse. Ya todos los fabricantes las producen por lo que no debemos tener miedo a pagar la novatada de comprar algo que no está suficientemente desarrollado.

En consecuencia, son muchas las ventajas y algunos inconvenientes. La valoración acerca de si conviene o no conviene comprar depende de cada caso